Hoy es martes 26 de junio, no es un martes cualquiera hoy es especial, aquí en África, en concreto Camerún, cada día es especial porque uno se sorprende de cosas que para nosotros son normales.
Por ej, el regalo de un balón, unos caramelos, una sonrisa…
En este momento estoy en Camerún escribiendo estas letras, y esperando al segundo grupito de voluntarias, viviendo en una asociación llevada por un sacerdote y juntos iremos sacando adelante el proyecto de “tejiendo sueños”.
Por la mañana van llegando a esta casa niños y niñas de todas las edades desde 1 año a 15…se quedan hasta después de comer, ya que aquí hay un plato de arroz o pasta cada día para ellos, suelen ser 40, 50….cada día vienen más.
Muchos de estos niños hablan inglés pues son desplazados de la parte anglófona, un lugar en conflicto desde hace años, un problema socio-político, el caso es que de ese conflicto hay muchos huérfanos y muchas familias desplazadas.
Es una de las cosas que más me ha impactado este tiempo, conversar e ir a visitar a esta gente.
Ebua es un niño de 11 años que el otro día llego pronto a la casa y me estuvo contando que se vino porque estaban matando a la gente en su región, hablamos como pudimos y escribió estas letras.
Magdalena tiene creo 7 hijos, se vino sola, su marido se quedó a trabajar en la parte frontera con Nigeria y no ha sabido más de él, está sola con tantos niños.
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Magdalena y su familia |
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Preparando la cena |
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